Se hace llamar Samy y viene de esa cantera de diamantes que es Colombia (la República Checa de Sudamérica en términos pornográficos). Quizá no cumpla los contundentes estándares anatómicos de las más despampanantes colombianas, pero desde luego no se le puede negar un rostro que roza la perfección y una dulzura fuera de toda discusión. […]
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