Sofi Goldfinger tuvo que pasar hace unos días por ese aro incómodo: una auténtica fierecilla del porno europeo, con prestigio, experiencia y muchas tablas en el arte de follar frente a la cámara que, al ser contratada por los franceses de Jacquie et Michel se vio obligada a usar otro apodo (en este caso Anastasia) y fingir que era una estudiante novata en manos de un coach sexual, un tal Jean-Marie que a buen seguro no ha echado ni la mitad de polvos que Sofie. Ya se sabe, las exigencias del guion antes las que Sofi responde, obviamente, con el talento que le caracteriza.
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