Un día como otro cualquiera en la oficina, con sus reuniones, sus informes y su rutina comercial… se ve interrumpido por una pareja que, desde el edificio de enfrente, deciden dar rienda suelta a su pasión. En la grabación no se escucha pero, sus gemidos debieron alertar a algún vecino que decidió subir a la azotea para averiguar de donde venía tanto griterío.
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