Estamos acostumbrados a ver vídeos donde aparecen mujeres jugando con dildos enormes… con pollones de látex que sobrepasan los límites de lo inimaginable… Consoladores de caballos alienígenas que se los introducen hasta el infinito sin alterar la sonrisa que dibuja sus caras… y eso, a los hombres que tienen pollita, no hace más que socavar su dignidad, desmoralizar a su espíritu guerrero, pegarle una patada en los cojones al macho Alfa que llevan dentro… Por eso, el vídeo que viene a continuación es un guiño a todos aquello que se agarran con fuerza al «lo importante no es el tamaño, si no como la utilices».
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