Lola Foxx nació en Estados Unidos pero prácticamente toda su niñez y adolescencia la pasó en Italia, específicamente en la ciudad de Sicilia (su familia es de ahí). Regreso a ‘gringolandia’ para terminar el colegio y fue ese cambio de ciudad el que a la larga marcó la vida de Lola. Ella era discriminada por sus compañeras por su gusto por los deportes y su actitud poco femenina. Con tal de encajar en su nueva escuela, Lola ingresó al equipo de porristas (es harto conocido de que pie cojean las porristas) y ahí conoció a una compañera que le contó todo acerca del sexo.
“Ella me lo contó todo. Aquello realmente me interesaba y ella me ayudó a entrar”, afirma Lola sobre su ingreso al mundo de los night clubs. Ella empezó como striptisera pero no tardo mucho tiempo en dar el gran salto al porno profesional. Debutó en junio del 2011 con tan solo 19 añitos de edad, en un primer momento sólo realizaba escenas lésbicas por cuestiones de comodidad, pero después de unos meses accedió a rodar porno heterosexual y ahí es donde su carrera despega.
Es digno destacar su habilidad sobre ‘el ring de las cuatro perillas’ y su gran talento para sexo oral, pero sin duda alguna, lo más llamativo de esta menuda ‘pornstar’ (mide tan solo 1.52) es que tiene una gran predilección por el sexo interracial, lo que significa en otras palabras que esta chata es capaz de soportar estoicamente el empalamiento por vergas de más de 20 centímetros sin inmutarse ni quebrarse.
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