Hoy vamos a desvelar uno de los mejores secretos del porno; el habitual truco de magia por el que toda actriz debe sufrir en sus carnes antes de ponerse a actuar frente a la cámara. Nos adentraremos en los entresijos de un rodaje porno para ver la transformación de la felactriz Kaylee Hilton, el espectacular cambio de una fea anónima (según sus palabras) a una portentosa trabajadora del sexo. Todo gracias al buen quehacer de una prodigiosa maquilladora.
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