El yoga desde siempre ha ayudado a aumentar el flujo sanguíneo, mejorando en forma notable la circulación, lo que favorece mucho al aspecto sexual. A los hombres nos beneficia en gran medida nos permite tener erecciones más firmes y duraderas, y en el caso de las mujeres aumentando la irrigación sanguínea en el clítoris y la zona pélvica.
También ayuda a fortalecer los músculos pélvicos, lo que hace, que en las mujeres, los orgasmos sean mucho más placenteros y las penetraciones más intensas. A medida que la práctica sea más frecuente, se va adquiriendo mayor flexibilidad, lo que permite experimentar las posturas sexuales menos comunes.
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