X-Art y James Deen pertenezcan a mundos completamente distintos. Uno es el enfant terrible con cara de niño judío y actitud de castigador dominante que las trae locas sin necesidad de un gran físico ni una polla descomunal; el otro es una productora que abandera el glamcore como estilo de ruptura que busca alejarse del porno convencional y llenar un nicho más afín a las mujeres. Ahora, desde hace un mes, ambos han unido fuerzas y el actor lleva ya tres escenas rodadas entre sábanas blancas y sobrexposición lumínica.
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