Lo bueno de haber creado su propia línea de trajes de baño, es que nadie la puede rechazar por tener las tetas demasiado grandes, así que Emily Ratajkowski se enfunda el bikini y se coloca ante la cámara para promocionar su marca, Inamorata Swin.
La imagen de la portada es la que más destaca por ese morboso topless manual, pero toda la sesión de fotos es maravillosa. Incluidas aquellas en las que aparece de espaldas para recordarnos que, aunque sus pechos son perfectos, también posee un trasero extraordinario.
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