Ellas también miran

ellas

Es un clásico tan antiguo como la misma humanidad: a los hombres se nos van los ojos tras los escotes, los culos prietos y los coños marcados. En cualquier lugar, en cualquier momento, nos pasa a todos y solo haciendo un esfuerzo consciente conseguimos desviar la mirada hacia algo menos llamativo o como mínimo mirar con disimulo. Ahora fijaos en cómo este caballero ha tratado de demostrar que el fenómeno es de ambos sexos, y no solo de los hombres: un pantalón marcando polla y una cámara bien situada… y bingo.

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