Famosa por ser una de esas pornstars lésbicas que se atrevió a un trasvase hacia lo heterosexual, y quizá una de las más reputadas en el difícil arte de comerse un coño, Abigail Mac ha dado otro paso más en su trayectoria en el porno mainstream. Introducida en la escena con un estupendo homenaje a Phoebe Cates en Aquel excitante curso (Amy Heckerling, 1982), tal como señala el lector Gato Ortega, la starlet hace gala de nuevos compromisos profesionales adquiridos en un polvo para Blacked, buque insignia del nuevo porno con negros, a merced de un Flash Brown que sabe cómo tratarla.
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