Tras el primer tanteo con la siempre adorable Riley Reid, empezamos ya a sacar el plato fuerte de la cinta, los culazos proverbiales, con la escena aceitosa de Remy LaCroix en manos de Erik Everhard. Casi se echa de menos ese bailecito con hula-hoop que realizó mil veces el año pasado, aunque el mejor baile de Remy es siempre sobre una polla bien ensartada en su ano.
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