El mayor sex symbol salido de Ucrania en los últimos tiempos es sin duda Yulia Tymoshenko, aunque desde hace unos años en el porno y el erotismo han empezado a aparecer señoritas ucranianas de una presencia más que remarcable. Quizá su referente fuese Nikki Benz, una treintañera de Ucrania con más de una década trabajando en Norteamérica y que está combatiendo lo mal que le trata la edad a base de cirugía plástica, rellenos de silicona y bombeos anales húmedos como su último trabajo para Brazzers en compañía de Keiran Lee.
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