A Dana Vespoli su divorcio le debió de suponer una liberación profesional. Ahora, con una entidad tan personal como poderosa, Dana se ha erigido como una de las mejores directoras de la industria. Y lo más llamativo: sin abandonar su carrera frente a las cámaras. Hoy la tenemos, de hecho, en dos escenas por encargo donde demuestra que a sus 41 años, ni se le ha caído el culo ni pierde la pasión realizando prácticas algo extremas.
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