La suerte que tiene el amigo Ryan Madison se escapa de lo concebible. Y no lo digo porque sea actor porno; eso sería lo fácil. Este caballero era diseñador gráfico y entró a trabajar en la empresa que dirigía Kelly Madison con su prometido. Saltó la chispa del amor (ella tenía 33 años), se fugaron juntos y montaron su propio chiringuito de porno amateur. La cosa fue tan bien que comenzaron a invitar a otras mujeres y lanzar sus escenas en DVD. Ahora, el antaño diseñador gráfico no solo retoza entre los enormes pechos de su esposa, sino que también se folla a la flor y nata del porno.
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