A Casey Calvert va a ser difícil que alguien la sorprenda a estas alturas de la película. Con esa carita de no enterarse mucho de nada y esa vocecita aniñada, la tipa ha hecho cosas como clavarse por el culo al gigantesco Danny Dong o someterse a correctivos con doble penetración y fisting en las mazmorras de Kink. Ahora parece que va en busca de la Moby Dick de las pollas, y para irse dando de sí ha aceptado el reto de cabalgar a Jack Napier, otro negro del todo desproporcionado.
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