Supuestamente se trata de un salón de masaje coreano, donde las señoritas hacen unos masajes muy especiales, en las partes de sus clientes, lo que viene a ser un puticlub en toda regla.
El cliente esconde una cámara y graba todo el polvo, cómo la profesional le chupa la polla, le pone la gomita y se sube encima para cabalgar, sin desperdicio.
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