Ya conocemos lo brutos que pueden llegar a ser la gente de Kink. Casi siempre suelen llevar a la estrellas porno que participen en la escena al límite de sus posibilidades sexuales, incluso físicas. Hoy Breanne Benson se somete a los encantos de la máquina definitiva de follar, el FOLLATRÓN 9000.
Completamente atada en una camilla, Breanne tendrá que soportar la penetración de dildos con forma de mano que se meten en su vagina una y otra vez sin descanso, vibradores que no paran de excitar su clítoris y de campanas de vacío para las tetas que aumentan la sensibilidad de los pezones. Es toda una hazaña que alguien pueda soportar 30 minutos así. Porque el placer llevado al extremo puede doler.
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